¿Por qué no podemos recordar nuestro nacimiento?

Las personas somos incapaces de recordar ese periodo en que fuimos bebés. Ese momento en que todo era nuevo para nosotros y el mundo se abría con mil sensaciones, formas y colores. Donde debíamos aprender a procesar poco a poco para tener una imagen de ese escenario al que, el destino, nos había hecho llegar.

¿Por qué razón no podemos recordar?


Si alguien te dice que se acuerda del rato más o menos angustioso en que su madre lo trajo al mundo, seguro está mintiendo. Las estructuras cerebrales que nos ayudan a producir los recuerdos no se encuentran maduras en el recién nacido. Por lo que este no dispone de herramientas retener ese decisivo acontecimiento. La memoria episódica, relacionada con los sucesos autobiográficos que podemos recordar, se desarrolla a partir de los cinco o seis años. Una edad en la que se comienza a almacenar vivencias que luego podremos evocar de manera explícita.

De hecho, no guardamos memoria de nuestros tres o cuatros primeros años de vida. Los precintos recuerdos de esa época son engañosos. Según los neurocientíficos, se deben a historias que nos cuentan posteriormente nuestros mayores y que integramos de tal forma que acabamos haciéndolas propias de forma inconscientes.

El sistema neurológico de los niños más pequeños no se encuentra completamente desarrollado. Y la memoria no mejora hasta que las estructuras cerebrales implicadas (el hipocampo y la corteza frontal) no han alcanzado una maduración. Lo cual les permite organizar las representaciones mentales del espacio y el tiempo en forma de mapas cognitivos que llamamos recuerdos.

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