La guerra de los Cien Años.

Este largo conflicto enfrentó a las monarquías inglesa y francesa en época medieval. Además del pretexto feudal y dinástico, combinó factores económicos y territoriales. Tuvo como consecuencia el surgimiento de un espíritu nacionalista nuevo en ambos países, además de un cambio en las tácticas militares.




Orígenes de la guerra.


El conflicto hundía sus raíces en la larga pugna sostenida entre los Capetos y los Plantagenet, por el dominio de una gran parte de Francia. Enrique II, de Inglaterra había formado hacia 1552 un imperio angevino, que incluía:

1. Normanda.

2. Anjou.

3. Meine.

4. Turena.

5. Arquitanea.

Los reyes de Francia, desde Felipe Augusto, habían tratado de someter esos territorios a su control directo. El tratado de París el año 1259, sello la renuncia inglesa a los mismos, excepto el ducado de Guyena y Burdeos. Felipe IV y Carlos IV de Francia trataron de confiscar también estas regiones en el año 1294 -1297 y 1324-1327.

En estas circunstancias se produjo la muerte de Carlos IV, el último capeto, y la elevación al trono de su primo Felipe VI. Desestimado los derecho transmitido por línea femenina a Eduardo III de Inglaterra 1327-1377.

Este prestó homenaje al nuevo rey francés por el ducado de Guyena, sino también en flanes, región cuya industria textil, que se abastecía de lana inglesa, era una enorme fuente de riqueza.

Comenzó así una larga guerra, salpicada por periodo de tregua, que implicó directa o indirectamente a toda Europa occidental. Por sus efectos sobre el tráfico marítimo Atlántico y su extensión en conflictos como la guerra de sucesión de Bretaña (1341-1366) la Guerra Civil castellana (1366-1369).




La victoria de Eduardo III.


En 1339, Eduardo III, entró con escaso éxito en el norte de Francia, mientras la flota francesa atacaba algunos puertos ingleses. No obstante, con el apoyo flamenco se proclamó rey de Francia en el año 1340.

Ese mismo año, la escuela inglesa derrotó a la francesa, en las puertas de Brujas, otorgando a los ingleses una superioridad marítima que sería vital para el desarrollo de sus operaciones continentales. En 1346, tras desembarcar en el estuario del Sena, Eduardo se dirigió a Picardía y Flandes. Esta Victoria permitió al inglés ocupar Calais, tras un año de acero en el año 1347. La plaza seguro los ingleses el control del Canal de la Mancha durante casi toda la guerra.
La guerra de los Cien Años.

Juan II el Bueno (1350-1364), nuevo rey francés, trata de reorganizar sus fuerzas. Mientras los manejos de Carlos II el Malo de Navarra, que se alió con Eduardo III, obligaron a Juan II a detenerle,  lo que le provocó la ruptura de La tregua por los ingleses en el año 1355.

Tras una nueva incursión de Eduardo III Normandía, su primogénito Eduardo, El Príncipe negro, emprendió un ataque que desde burdeos le llevó a Bourges y el Loira. De regreso infligió una severa derrota a los franceses en Poitiers.

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